jueves, 29 de septiembre de 2011

Eso, eso, eso



Yo me pregunto: ¿extraño cosas de Nicolás? Quizá el ruido de la llave todas las noches que, estuviéramos bien o mal, significaba un alivio. Un adulto con quien hablar y con quien compartir las responsabilidades. Extraño eso. Hablar con un adulto en mi casa. Que las conversaciones tengan la potencialidad de transformarse en algo *profundo*. Cocinar comida de grandes e irme a dormir acompañada. No extraño a Nicolás, extraño a un Nicolás. Reflexiones de una separada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario