jueves, 29 de septiembre de 2011

Todos tenemos muertos en el placard

No le des la contraseña de tu mail/blog/Facebook/Twitter o red social alguna, a nadie. No se la des a tu novio, no se la des a tu pareja, no se la des a tu chongo. Amigas/os sin histeria de por medio es charlable pero en términos generales, no le des tu contraseña a nadie. Protegete.
"Los secretos si se comparten y se cuentan dejan de ser secretos" decía mi abuela.
Mi comentario viene al caso de que realmente son muy pocos los que se pasean por la vida impolutos, con un pasado impecable sin nada para reprocharles. Y lo cierto es que si te metés a su mail, si revolvés sus inbox de Facebook, si ves chusmeás su columna de DM's en Twitter ALGO vas a encontrar. Algo que no te va a ser feliz. Algo que te va a dar miedo, algo que no te va a gustar. Algo que va a forjar en vos, potro salvaje, en vos loba, una personalidad insegura. Algo que in the worst case scenario te va a empujar a hacer un plateo de celos o implosionar por dentro.
Creeme cuando te digo: NO LO HAGAS*. Yo sé que es tentador (been there, done that) pero de verdad, es un camino sin retorno. Querete y confiá. Solo el tiempo te demostrará si te equivocaste.

* hecha la regla, hecha la excepción dicen. Se permiten deslices.

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